Que el Campeón Uruguayo participase, era un atractivo y al haber 6 y hasta 8 cuadros, era un clásico casi seguro, pero no dejaba de ser injusto, todas las veces que el Campeón Uruguayo no clasificó a la Libertadores. El esfuerzo de 22, 24 o 26 partidos se iba al diablo en 5 o 6, porque de no terminar entre los dos primeros de la Liguilla, el Campeón Uruguayo tenia un partido extra contra el segundo, pero muchas veces ocurrió que lo perdió y fueron a la Libertadores, los mejores de un torneo de 5 partidos y no el o los mejores, de uno de 22 o 26 partidos, cosa que se corrigió recién en 1998.
Y una de esas temporadas, donde el Campeón Uruguayo no pudo repetir, fue 1984, cuando Central Español logró un hecho único hasta hoy, que el Campeón Uruguayo de Primera, fuese un equipo ascendido, pero en la Liguilla no pudo repetir y quedo relegado a la chance del partido extra contra el segundo, con la cual llegaron al ultimo partido entre Central y Peñarol de esta forma:
Bella Vista con 8 puntos, Peñarol con 7, Nacional con 7, Central 3, Danubio 2 y Defensor 1. Recordar que los puntos por triunfo eran de 2 y empate 1.
En ese escenario, el resultado que más le servía a Central era perder. ¿ Porque? Para que Peñarol ganase la Liguilla y e ir como segundo a la Libertadores de modo directo con el puntaje acumulado con la Copa 60 Aniversario de Colombes y el Uruguayo. De ganar, le daba el título de Liguilla a Bella Vista y debía definir el segundo cupo con Peñarol, mientras que de empatar, abría la chance a Bella Vista de definir con Peñarol el título de la Liguilla.
Ocurrió este último escenario. Central y Peñarol empataron 1-1 y Central salió a ganar. Peñarol y Bella Vista, jugaron la final de la Liguilla, la gano Peñarol por penales y Bella Vista venció 1-0 a Central en el partido extra por el segundo cupo a la Libertadores, que Central Español perdió pese a ser Campeón Uruguayo.
Ya en el Centenario, en los vestuarios, en la charla previa a la salida a la cancha de aquel olvidado pero inolvidable partido de diciembre del 84, Líber Arispe reafirmó la oncena titular con los que el creía los mejores para afrontar ese partido de tarde noche, y les habló a los campeones: “El fútbol es un deporte que se juega para ganar. ¿Alguna vez salieron a una cancha para perder? ¿Cómo salimos campeones? Salgamos a ganar como siempre, porque será mejor ganar y perder una clasificación, que clasificar y perder la dignidad del fútbol que tanto queremos”. Y así, con la música de los tapones sonando en el túnel, salieron a la cancha de una gloria más profunda que la de clasificar a la Libertadores.
Ya en el primer tiempo el tempranamente desaparecido Miguel Berriel puso el 1 - 0 de cabeza para los de Palermo. ¡Cómo se gritó ese gol! Todo el segundo tiempo dale que te dale, con Héctor Tuja atajándose todo y la línea de cuatro metiendo, sacando y sacando, hasta que allá a las cansadas, cuando se venía la noche literal y metafóricamente, Daniel Coquito Rodríguez puso el empate para Peñarol, lo que llevó a que finalmente se debiera definir la Liguilla con una final entre carboneros y papales, donde ganaron los aurinegros por penales (en lo que fue el primer retiro de Fernando Morena).
Al final no hubo justicia poética para Central, el que jugó a ganar porque a eso se juega aunque te convenga perder. El 3 de enero de 1985 en partido definición jugado en el Franzini, Bella Vista, con gol de Yubert Lemos, derrotó a Central 1-0 y lo dejó afuera de la Libertadores, pero adentro de los corazones de quienes entienden el más puro espíritu del juego. Articulo completo
Los exfutbolistas de Central Español, José Ignacio Villarreal y Héctor Tuja, recordaron el momento. 🗣️ "Sabían que Peñarol iba a ganar y Central iba a perder, porque les convenía a los dos e íbamos los dos derecho a la Libertadores. Pero no fue así", dijo el exarquero. pic.twitter.com/ppacyZISBK
— Telenoche (@TelenocheUy) August 11, 2023